Es fundamental utilizar botas específicamente fabricadas para motocicletas, en detrimento de los calzados convencionales, porque están fabricadas en materiales especiales que ofrecen a la persona seguridad y comodidad, siendo claves en la prevención de lesiones en los tobillos, fracturas, abrasiones, lesiones musculares y articulares, contusiones o quemaduras.
La bota debe de proteger además de a nuestros sufridores tobillos, la zona de la pantorrilla, los gemelos y los dedos de los pies.
Las botas para moto son muy versátiles y perfectamente llevaderas en nuestro día a día, independientemente de si estamos en plena ruta en nuestra moto, como para darnos un paseo a pie por la ciudad o por el campo.
En cuanto a los materiales, pueden ser fabricadas tanto en piel como en materiales sintéticos. En ocasiones pueden estar recubiertas de titanio, kevlar o fibra de carbono, para dotar a la bota de una mayor rigidez y protección, que será fundamental para preservar el pie en el caso de sufrir una inoportuna caída.
La clave es encontrar un punto medio entre la protección y la comodidad del piloto, para lo cual es fundamental tener claro el entorno en el que se va a utilizar la bota para ajustarse a sus necesidades.
En el caso de las botas más flexibles serán recomendadas para viajes largos y para el uso diario; mientras que por el contrario en el caso de los deportes extremos la rigidez de la bota debería de ser la máxima posible para preservar al máximo el pie y los tobillos del piloto.
Es importante que la bota se ajuste perfectamente tanto al pie como a tu moto, dando la importancia necesaria a la suela y a la necesidad de tener un tacón más o menos pronunciado para lograr una mayor confortabilidad en la conducción y que al tiempo sea cómoda para caminar.
Se recomiendan los cierres sin cordones, bien de velcro o de cremallera, para evitar que éstos puedan enredarse en un descuido en alguna pieza de la moto.
Existen una gran variedad de tipos de botas:
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