El tinerfeño Miguel de la Rosa (Tacoronte, 1985) ha sido una de las sensaciones de la temporada que ya acaba. A sus 34 años, ha prolongado su dominio en el panorama canario del off-road y en el nacional, dos años después de llegar a la cima en la categoría Senior B 4T del Campeonato de España de Enduro, ha logrado el tercer puesto de E2.
Su debut el pasado mes de noviembre en los Seis Días Internacionales de Enduro (ISDE) del Algarve portugués fueron la confirmación del sensacional momento que atraviesa este ‘rider’. Bajo el pabellón del equipo Valsebike KTM Canarias, subió como la espuma jornada tras jornada llegando a obtener el sexto mejor registro absoluto de su categoría midiéndose a nombres de la esfera internacional en un recorrido –el de la última etapa– que le iba como anillo al dedo.
Con ese sensacional sabor de boca, Miguel de la Rosa ha hecho balance para Valsebike, empresa que ha venido patrocinándole en los últimos años y con la que colabora como instructor de la Escuela KTM Off-Road, de este 2019 que ya acaba.
Pregunta.– De uno a diez. ¿Qué nota te pones en este final de curso 2019 y por qué?
Respuesta: Me pongo un ocho, un notable, por la regularidad durante todo el año. En las primeras carreras de Motocross en Canarias tuve una serie de ‘piques’ espectaculares y conseguí dos victorias. Honestamente, me bajo la nota porque he llegado al final de temporada muy justo a nivel físico, por eso tuve que luchar muy duro para ese tercer puesto en el nacional.
P.– Después de una temporada tan positiva, ¿consideras que aún te queda margen de mejora como piloto?
R.– Creo que sí. Sobre todo, haciendo una muy buena pretemporada y, si el presupuesto me lo permite, entrenando en la península con pilotos más rápidos que yo. Si a eso le sumo la experiencia que he ganado en esta última temporada, creo que algún segundo puedo ‘rascar’…
P.– ¿Qué lección o lecciones te ha dejado 2019?
R.– La más importante: que no hay que relajarse. Y que con sacrificio, organización, humildad y constancia se pueden alcanzar los sueños.
P.– ¿Y los ISDE del Algarve? ¿Qué aprendiste de esta primera experiencia en esta competición?
R.– Más bien, ¡que no aprendí! Muchísimas cosas. A cuidar la moto, trucos de mecánica rápida, a gestionar el desgaste de los neumáticos y a alimentar bien el cuerpo. Eso y que hay una afición al enduro en todo el mundo increíble.
P.– ¿Dónde marcan las diferencias los pilotos de la elite internacional en una prueba de las características de los ISDE?
R.– Las marcan en lo rápido que son en las ‘cronos’ y la capacidad física para atacar al 100% cada vez que salen a pista todos los días. Además, ellos llegan con mucho más tiempo, se aprenden mejor el trazado y eso les permite anticiparse a las curvas.
P.– ¿En qué consiste tu entrenamiento y cuánto tiempo le dedicas?
R.– Mi entrenamiento lo compagino con el trabajo, las clases de Motocross a los niños y las clases de enduro a mayores. Mi rutina suele consistir en subirme tres veces por semana a la moto, otros tres días de running o bicicleta y, al terminar la sesión, hacer ejercicios de calistenia, equilibrio y flexibilidad.
P.– ¿Cómo se aprovecha una experiencia como la de los ISDE o la acumulada en el nacional en tu papel de instructor de la Escuela KTM Off-Road?
R.–Llevo compitiendo cerca de treinta años y en estas últimas temporadas, aparte de competir, me fijo mucho en los pilotos profesionales que viven de ello. Cada carrera aprendo un poco más, me lo aplico en mi manera de enfocar las carreras y luego traslado los resultados y dichas prácticas a los alumnos de la escuela. Hablo tanto de lecciones prácticas como psicólogicas o de alimentación.